El tomar licor es una de las maneras más efectiva de cortar el crecimiento muscular y la perdida de grasa.

Primero el alcohol tiene una alta densidad calórica, entre 25 a 100 calorías por onza y no tiene ningún valor nutricional.
Peor aun, una vez el alcohol en el sistema, el cuerpo automáticamente deja de quemar grasa como fuente de energía, para utiliza el alcohol como fuente de energía primaria. El cuerpo no vuelve a tomar la grasa depositada hasta que haya consumido el alcohol en su totalidad como energía, estudios dicen que le puede tomar más de 12 horas en procesarla.

El cuerpo trata de depositar esas calorías demás en el área visceral por ende la famosa barriga de cervecero. Esa grasa visceral es difícil de quemar, primero se quema la subcutánea que es la que se ubica entre el musculo y la piel.

El alcohol estimula la hormona ghrelin que es la que estimula el apetito, por ende las ganas de comer de más te llevan a comer más calorías de las que se necesitas y que comida normalmente le damos, comida procesada, con grasa, pizza, chicken wings, hamburguesa etc.

Estudios dicen que el alcohol suprime la testosterona en el cuerpo, que lleva a no desarrollar la masa muscular y a retener más grasa corporal.
El alcohol , te hace perder fuerza y resistencia, si tomas un par de tragos en la noche créeme que tu entrenamiento del día siguiente lo sufrirá, este efecto puede tomar hasta 48 horas, lo que indica con que dos noches de rumba es suficiente para dañar tu entrenamiento semanal.

Mi recomendación es que si no lo puedes dejar, que tomes un día a la semana, ideal si al día siguiente no vas a entrenar, y te limites la cantidad.

Moraleja si quieres sacarle el fruto a tu entrenamiento y a tu dieta trata de mantenerte alejado del alcohol.